
Mientras en Europa solo consiguen una pequeña cuota de mercado, los pick-ups son los reyes de las carreteras norteamericanas. El ejemplo más evidente lo tenemos en el Ford F150: desde 1991, hace 14 años es el coche más vendido en Estados Unidos.
En Europa las ventas de pick-up son casi anecdóticas. Además, la gran mayoría de estos vehículos se destinan al uso profesional y muy pocas para uso particular. Como cada vehículo, estos tienen sus ventajas e inconvenientes, y quizá el cliente de aquí tiene más en cuenta las segundas.
Las ventajas principales son su capacidad de carga y facilidad para transportar objetos voluminosos y/o pesados, es normal que puedan cargar más de 1.000 kilos sin problema. Y también está su capacidad de remolque, generalmente superior a los 3.000 kilos. Además, lo normal es que sean del tipo todoterreno. Se trata de vehículos muy robustos que aceptan el uso intenso sin miramientos.
En cuanto a los inconvenientes, las pick-up son grandes, más de cinco metros que no es precisamente lo mejor para meterse en callejuelas estrechas, ni para buscar aparcamiento. Hay modelos que al aparcarlos en batería sobresalen de la plaza. Son coches de cinco metros que no cuentan con demasiado maletero. Además, la caja abierta no es lo más seguro frente a los amigos de lo ajeno.
El equipamiento ha aumentado notablemente en los últimos años así que ha dejado de ser uno de los hándicaps de las pick-up. Tienen motores grandes y potentes, aunque los modelos modernos han conseguido contener mucho el consumo que antes era muy alto.
¿Qué pasa si estás enamorado de la estética de un pick-up, pero no lo quieres comprar por los inconvenientes ya mencionados? Fácil … alquílalo. Si tienes una mudanza, si tienes un remolque, si quieres disfrutar de un viaje con el coche de tus sueños, pero no quieres asumir el compromiso de compra …adelante, alquílalo.
En TOT CAR podemos facilitarte un pink-up de última generación, bonito, grande, potente y, al mismo tiempo, económico. ¡Claro que sí!, no te quedes con las ganas. Se puede disfrutar de conducir un pink-up, por lo menos durante algunos días.